Teletrabajo: ¿Qué necesitan los trabajadores y las empresas para hacerlo eficiente?
No sé a vosotros, pero a mí ya me agota escuchar hablar de la nueva era del teletrabajo y la tendencia a esta forma de trabajar tras la pandemia. Tendemos a lanzarnos a nuevos términos y clasificaciones cuando descubrimos algo que parece beneficioso. Sin embargo, este ímpetu por nominar las cosas nos lleva a limitar el alcance de los objetivos y no usar una visión más periférica y global.
El mundo en general y la vida profesional en particular es mucho más amplia que un puñado de términos que parecen dirigirnos a una forma concreta de hacer las cosas. Por la diversidad de sectores, de profesionales, de perfiles de personas e incluso de situaciones temporales o personales, debemos de dejar de limitar la forma de trabajar a procedimientos cerrados. La revolución industrial ya pasó hace mucho tiempo, pero parece que nos resistimos a cambiar ciertos usos propios de aquella época.
Lo primero que propongo es dejar de hablar de “trabajo” o “trabajadores” con cualquier sufijo, prefijo o adjetivo que se nos ocurra. Hablamos de personas con ambiciones profesionales, de enriquecimiento vital que quieren participar en proyectos de vida, cuyo ámbito laboral forma una parte importante en dichos proyectos. Si queremos que las empresas desarrollen todo su potencial, deben nutrirse de estas capacidades de sus profesionales, para lo cual deben garantizar que el entorno laboral fomente el desarrollo del máximo potencial de las personas.
Hablemos de profesionales y no de trabajadores
Una vez que estamos de acuerdo en hablar de profesionales o profesiones, empieza a despejarse por donde acometer el cambio de filosofía. El propio término “profesional” denota una capacidad y una responsabilidad implícita, que obviamente hay que demostrar, pero que debe permitir enfocar las herramientas de la empresa a desarrollar las capacidades de los profesionales y no a supervisar sus tareas.
Está demostrado y documentado que el mayor porcentaje de conocimiento y experiencia reside en las personas, no en los sistemas o bases de datos. Entonces, ¿por qué emplear un porcentaje de tiempo excesivo de nuestros profesionales en acometer tareas que no aportan valor y que se pueden automatizar? ¿por qué complicar la forma de colaborar y compartir conocimiento de nuestros profesionales estableciendo formas de trabajar estancas? ¿por qué establecer objetivos basados únicamente en modelos de hace un siglo como horas trabajadas independientemente al valor de dichas horas?
Orientemos la tecnología, que no olvidemos debe ser un aliado y no un esclavizador, a establecer un ámbito laboral abierto, flexible, desubicado y motivador.
¡Hablemos de ámbito profesional!
Tecnología al servicio del ámbito profesional
Si abordamos las herramientas tecnológicas como facilitadores o catalizadores a la hora de crear un ámbito profesional propicio, debemos hacerlo de forma global, sin particularizar en escenarios o situaciones concretas.
En cada sector requeriremos soluciones diferentes, pero debemos abordarlo con la misma filosofía: ¿qué necesito para desarrollar mi profesión, independientemente de mi situación personal, física o circunstancial?
Y a la hora de abordar la respuesta a esta pregunta, construyamos la pirámide de necesidades al revés, empezando por la persona o el profesional como individuo.
Veamos un ejemplo:
- ¿Para mi profesión necesito estar comunicado con clientes y/o compañeros en tiempo real?
- ¿Para mi profesión necesito establecer reuniones donde compartir datos y mostrar información o interactuar visualmente?
- ¿Para mi profesión requiero usar aplicativos corporativos que faciliten mis tareas?
Podemos discutir y estudiar la mejor solución (no es objetivo ahora), pero todos tenemos claro que este profesional requiere unas herramientas de comunicaciones unificadas y dispositivos capaces de proveer este tipo de comunicaciones, y aquí viene el cambio conceptual, las cuales debe poder usarlas en cualquier lugar o momento, porque son herramientas personales para su ámbito profesional.
Con esta concepción de provisionamiento de herramientas en el ámbito profesional desaparecen conceptos como teletrabajo, puesto de trabajo o movilidad como requerimientos específicos.
La empresa puede elaborar el plan de expansión o despliegue atendiendo a otras necesidades, ya que tiene cubierta la operativa básica necesaria. Si habilita salas de reuniones físicas será como una mejora, pero no como una necesidad operativa; si habilita puestos de trabajo será como un posicionamiento empresarial, pero no como una necesidad operativa real. Esto sirve para cualquier capa adicional, que debe seguir la premisa de añadir mejoras circunstanciales o de imagen, pero no requeridas para la operativa en el ámbito profesional.
Despliegue tecnológico orientado a la Productividad
Utilizando la metodología de “pirámide invertida” basada en los profesionales, el objetivo que debe permanecer siempre como guía es la obtención del mayor nivel de productividad para la compañía. Para esto es necesario tener muy claro los objetivos de la compañía y trazar un rumbo para obtenerlos mediante el máximo aprovechamiento de las capacidades de sus profesionales.
Si la compañía tiene solucionado el ámbito profesional de las personas, puede construir su camino optimizando y mirando por la productividad desde el inicio. Lo que en otros escenarios es un quebradero de cabeza, aquí se convierte en una decisión operativa “sencilla”. Estas preguntas se responden solas:
- ¿Tengo alguna ventaja operativa haciendo que los profesionales se desplacen a un centro?
- ¿Necesito juntar a mis profesionales en una ubicación para un control presencial que me garantice su operativa?
- ¿Requiero un acceso físico específico para mis profesionales a la hora de usar las aplicaciones corporativas?
- ¿La gestión de horarios de atención para mi operativa obliga a una presencia física y por tanto a unos turnos de personal específico para permitirlo (¿porteros, seguridad, logística, etc?
- ¿El rendimiento de los profesionales depende de las horas empleadas o del tiempo efectivo?
Sólo tenemos que utilizar las herramientas necesarias para garantizar los objetivos de productividad, sin preocuparnos del despliegue según el ámbito profesional. Un profesional motivado vale más que una planificación estricta de tareas u horarios.
Dotémonos de una suite de Comunicaciones Unificadas completa para cubrir las necesidades de comunicación, habilitemos herramientas Cloud para garantizar el acceso a las aplicaciones corporativas, gestionemos la disponibilidad de los profesionales usando funcionalidades de Control de Presencia efectiva o dispongamos de sistemas que automaticen procesos sin valor añadido mediante el uso de IA o BOT.
Conclusiones
Creemos un nuevo concepto de ámbito profesional global como parte intrínseca de las personas, ya que pertenece al proyecto de vida de cada uno. Si construimos las empresas y los negocios alrededor de las personas y sus capacidades, el resultado será más provechoso y estimulante para todos. La tecnología del teletrabajo está ideada para ser adaptada a los trabajadores.