Ciberseguridad OT: más allá de la alerta, la necesidad de acción
Algo tan simple como un error en una actualización de software paralizó recientemente buena parte del mundo. Y es que, el pasado 19 de julio fuimos testigos de cómo una actualización defectuosa de un software de ciberseguridad de una empresa tecnológica afectó a millones de dispositivos a nivel mundial, desde hospitales hasta aerolíneas, demostrando la verdadera dependencia tecnológica en la que nos encontramos inmersos. Pero ¿qué pasaría si los atacantes no se limitaran a causar molestias, sino que buscaran deliberadamente sabotear sistemas críticos?
Los sistemas OT son fundamentales para el funcionamiento del mundo físico
Imagina un hospital donde los equipos de resonancia magnética dejan de funcionar debido a un ciberataque, o una planta de tratamiento de agua que sufre una alteración en sus niveles químicos, poniendo en riesgo nuestra salud y todo el suministro de una ciudad entera. Estos escenarios, que parecen sacados de una película de ciencia ficción, son cada vez más reales en un mundo cada vez más conectado.
Para evitar hechos como los mencionados anteriormente, o minimizar su impacto, la seguridad industrial se encarga de proteger los sistemas que controlan procesos físicos en fábricas, plantas de energía, redes de transporte y otras infraestructuras críticas. Es decir, la seguridad en los entornos industriales (OT, por sus siglas en inglés) es el conjunto de medidas y tecnologías destinadas a proteger las redes y sistemas que controlan los procesos físicos en entornos industriales e infraestructuras críticas, garantizando la integridad, resiliencia, disponibilidad y confidencialidad ante ciberataques. A diferencia de los sistemas de IT tradicionales, que gestionan principalmente datos e información, los sistemas OT son fundamentales para el funcionamiento del mundo físico, lo que los convierte en parte crítica de las operaciones diarias y la seguridad pública. De hecho, estos sistemas OT son a menudo más vulnerables que los sistemas informáticos tradicionales (IT) debido a su antigüedad y a la falta de actualizaciones de seguridad.
Los ciberatacantes utilizan diversas técnicas para infiltrarse en estos sistemas, como el envío de correos electrónicos fraudulentos (phishing) a los trabajadores, el uso de dispositivos infectados o la explotación de vulnerabilidades en software obsoleto. LISA Institute determina que los sectores con infraestructuras críticas más susceptibles de ser objeto de ciberamenazas son los siguientes: financiero, administración, agua, alimentación, energía, espacio, nuclear, químico, investigación, salud, tecnologías y transporte. De hecho, respecto a este último, la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA) ha determinado que los ataques de ransomware se han convertido en la ciberamaneza más importante a la que se enfrenta el sector del transporte en la Unión Europea, especialmente el sector aéreo, marítimo, ferroviario y de carreteras.
Para hacer frente a esta creciente amenaza, se han desarrollado diversas normas y estándares internacionales, como:
- NIST SP 800-82, guía que proporciona las directrices necesarias abordar la seguridad en los sistemas de control industrial (ICS), así como todos los sistemas que lo componen (SCADA, DCS, etc.)
- ISA/IEC 62443, un conjunto de normas internacionales que abordan la ciberseguridad de la tecnología operativa en los sistemas de automatización de controles.
- NIS2, directiva europea que refuerza la ciberseguridad de los sistemas OT, estableciendo requisitos más estrictos para proteger las infraestructuras críticas y esenciales de la Unión Europea, como las redes energéticas y de transporte.
Las oportunidades que ofrece el IoT son innegables
No puede pasarse por alto el impacto del Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) en la creación de ecosistemas interconectados, especialmente en el ámbito industrial. La adopción del IoT en el ámbito industrial ha traído consigo una serie de beneficios que van más allá de la eficiencia operativa. La monitorización constante de los procesos productivos a través de sensores inteligentes permite detectar de manera temprana cualquier desviación de los parámetros establecidos, lo que se traduce en una mejora significativa de la seguridad industrial. Asimismo, el IoT ha facilitado la implementación de soluciones para la gestión energética, permitiendo optimizar el consumo de recursos y reducir la huella de carbono de las empresas.
No obstante, si bien el IoT ofrece un gran potencial para transformar la industria, su implementación también plantea una serie de desafíos. Los riesgos en ciberseguridad son una preocupación fundamental, ya que la interconexión de dispositivos aumenta la superficie de ataque y expone a las empresas a nuevos riesgos. Además, la gestión de grandes volúmenes de datos y la integración de diferentes sistemas pueden resultar complejas y costosas. Sin embargo, las oportunidades que ofrece el IoT son innegables. Al aprovechar las capacidades de esta tecnología, las empresas pueden mejorar su competitividad, aumentar su eficiencia y adaptarse a las demandas cambiantes del mercado.
Ayudamos a nuestros clientes a cumplir con los estándares OT más rigurosos
En consecuencia, la ciberseguridad industrial es un campo en constante evolución, y las organizaciones deben estar preparadas para adaptarse a los nuevos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrecen las tecnologías emergentes. Con el aumento de la conectividad, a través de una convergencia de IT – OT, es esencial que las organizaciones desarrollen una estrategia de ciberseguridad proactiva y basada en el riesgo para proteger los sistemas industriales, garantizar la continuidad de las operaciones, salvaguardar la integridad de las personas e, incluso, mitigar los riesgos ambientales.
Desde Izertis tenemos un firme compromiso con la ciberseguridad, entre ella la industrial, al invertir en soluciones y procesos que cumplen con los estándares de la normativa OT. A través de servicios especializados, ayudamos a nuestros clientes a cumplir con los estándares OT más rigurosos, protegiendo sus operaciones críticas y minimizando riesgos.