Blockchain y la nube: ¿es posible apostar por ambas?
Blockchain es la tecnología de moda y la que mayor revuelo está causando a día de hoy. Lo mismo ocurrió hace unos años con la nube y gran parte de las compañías apostaron por ella. Ahora bien, ¿hasta qué punto son compatibles ambas tecnologías?
Mientras que en los sistemas Cloud los servicios que utilizamos se albergan en infraestructuras de terceros, es decir, confiamos en una entidad externa, la idea de la tecnología por cadena de bloques consiste en crear una base de datos descentralizada en la que no exista ninguna autoridad de confianza. Por tanto, ¿cómo se casan esta nueva tecnología y la nube?
¿Es necesario elegir entre una de las dos o es posible integrarlas?
Los sistemas Cloud han sufrido un gran crecimiento en la última década. Más allá de servir como infraestructura para almacenar datos, también proporciona aplicaciones sobre las que trabajar. A día de hoy, incluso existen servicios que se ofrecen en esta modalidad, tales como "IBM Blockchain Cloud Services" o "Ethereum Blockchain as a Service" de Microsoft Azure.
Sin embargo, ¿no es una contradicción ofrecer servicios por cadena de bloques bajo esta modalidad? Los servicios Cloud dependen de la entidad que los alberga, por lo que, cuando los utilizamos, estamos confiando en dicha entidad. Cada uno de los nodos de nuestra red, depende de la entidad que ofrece este servicio, es decir, el sistema sobre el que estamos actuando no nos pertenece.
No obstante, cabe destacar que una vez desplegada la red, el control sobre la misma pasa a nuestras manos. Además, la arquitectura sobre la que se implantan estas redes sigue la arquitectura de un sistema distribuido, desplegando cada uno de los nodos de la red sobre distintos servidores. Por otra parte, el desarrollo y despliegue de los Smart Contracts queda en nuestras manos, por lo que, somos nosotros quienes decidimos la lógica que se ejecutará en nuestra cadena de bloques.
La integración de estas tecnologías, también se puede abordar desde otra perspectiva: la cooperación. El mayor problema al que se enfrenta la modalidad Cloud es la reticencia por parte de los usuarios. En el caso de cadena de bloques, la escalabilidad es uno de sus principales retos. A pesar de que es impensable plantear que cada participante de la cadena almacene toda la información, sí que es cierto que se requerirá almacenar grandes volúmenes de datos.
Es por ello que ambas tecnologías se podrían integrar, potenciando las oportunidades que ofrece cada una. Blockchain podría servir como guía del contenido de la nube. Gracias a ello, se conseguiría tener una cadena de bloques con datos relativamente pequeños que apuntan a otros registros en el sistema, en este caso la nube.
Otra solución sería compartir el espacio de almacenamiento libre de cada usuario, a través de dicha tecnología. Es decir, crear un sistema en el que los equipos de los usuarios reemplazasen a la nube, utilizando para ello la tecnología de moda. Este tipo de soluciones, al igual que las mencionadas anteriormente, se abordarán en artículos posteriores.